En 1979, Dan Bricklin desarrolló la primera hoja de cálculo
llamada VisiCalc que permitía realizar cálculos matemáticos y proyecciones financieras
además de recalcular cantidades en caso de cambiar algún valor o alguna cantidad,
lo que en ese tiempo permitía hacer simulaciones de costos y presupuestos.
Así pues, una hoja de cálculo es capaz de ayudar a modelar problemas de la vida real
y proyectar los posibles resultados.
El funcionamiento de una hoja de cálculo es básicamente por una cuadrícula compuesta
por renglones (filas) y columnas, y cuya intersección da origen a la unidad
básica de la hoja de cálculo, la celda. En las celdas se pueden capturar datos, así como
insertar fórmulas y funciones.
Como ya habíamos mencionado, la razón fundamental de la hoja de cálculo es como
su nombre lo dice, el cálculo y proyección de información financiera, sin embargo,
son bastante útiles para muchas más tareas como aplicaciones de bases de datos, presentación
en archivos html, uml y xml, etc.
Aplicaciones más comunes de las hojas de cálculo:
- Organizar datos.
- Insertar gráficas para representar resultados de una forma visual e impactante.
- Realizar análisis de datos.
- Uso de funciones estadísticas, matemáticas, textos, condicionales, base de datos,
etcétera.
- Resumir información mediante tablas dinámicas.
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